Probabilidad comienza en el siglo XVII cuando Pierre Fermat y Blaise Pascal tratan de resolver algunos problemas relacionados con los juegos de azar. Aunque algunos marcan sus inicios cuando Cardano (jugador donde los haya) escribió sobre 1520 El Libro de los Juegos de Azar (aunque no fue publicado hasta más de un siglo después, sobre 1660) no es hasta dicha fecha que comienza a elaborarse una teoría aceptable sobre los juegos. Christian Huygens conoció la correspondencia entre Blaise Pascal y PierreFermat suscitada por el caballero De Méré, se planteó el debate de determinar la probabilidad de ganar una partida, y publicó (en 1657) el primer libro sobre probabilidad: De Ratiociniis in Ludo Aleae, (Calculating in Games of Chance), un tratado sobre juegos de azar, donde se aceptaba como intuitivo el concepto de probabilidad.
Durante el siglo XVIII, debido muy particularmente a la popularidad de los
juegos de azar, el cálculo de probabilidades tuvo un notable desarrollo sobre
la base de la anterior definición de probabilidad. Destacan en 1713 el teorema
de Bernoulli y la distribución binomial, y en 1738 el primer caso particular
estudiado por De Moivre del teorema central del límite. En 1809 Gauss » inició
el estudio de la teoría de errores y en 1810 La place, que había considerado anteriormente
el tema, completó el desarrollo de esta teoría. En 1812 Pierre La place publicó
Théorie analytique des probabilités en el que expone un análisis matemático
sobre los juegos de azar. A mediados del siglo XIX, un fraile agustino
austríaco, Gregor Mendel, inició el estudio de la herencia, la genética, con
sus interesantes experimentos sobre el cruce de plantas de diferentes características.
Su obra, La matemática de la Herencia, fue una de las primeras aplicaciones
importantes de la teoría de probabilidad a las ciencias naturales
La palabra “estadística” a
menudo nos trae a la mente imágenes de números apilados en grandes arreglos y
tablas, de volúmenes de cifras relativas a nacimientos, muertes, impuestos,
poblaciones, ingresos, deudas, créditos y demás. Al instante de escuchar esa
palabra, son estas las imágenes que llegan a nuestra imaginación. La
estadística es mucho más que sólo números apilados y gráficas bonitas. Es una
ciencia con tanta antigüedad como la escritura, y es por sí misma auxiliar de
todas las ciencias –medicina, ingeniería, sociología, psicología, economía,
etcétera–, así como de los gobiernos, mercados y otras actividades humanas. En
la actualidad, la estadística ocupa un lugar de gran importancia en la
investigación y en la práctica médica. En los estudios de medicina de cualquier
país se incluyen varias asignaturas dedicadas a la estadística; es difícil, por
no decir imposible, que un trabajo de investigación sea aceptado por una
revista médica sin que sus autores hayan utilizado técnicas y conceptos
estadísticos en su planteamiento y en el análisis de los datos. La estadística
que conocemos hoy día debe gran parte de sus logros a los trabajos matemáticos
de aquellos hombres que desarrollaron la teoría de las probabilidades, con la
cual se adhirió la estadística a las ciencias formales.
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